Por Prof. Fanny Herrera Salas
Desde antes del año 1950, la juventud tilaranense deseosa de sano esparcimiento, anhelaba contar con un parque en el centro del cantón. Los abuelos, llegados del Valle Central contaban anécdotas bellísimas sobre retretas, filarmonías, encuentro de amigos y de novios que los fines de semana disfrutaban dando vueltitas alrededor de un parque.
Muchas personas influyentes en la comunidad abogaban por la creación de tan soñado parque, pero surgió un grupo de oponentes que interponía sus razones para negarse a que la plaza que ocupaba el espacio del parque, desapareciera. Hubo un diputado que fue el principal oponente: él dirigía un buen equipo de fútbol: “el Maravilla”, que casi todos los domingos se lucía en la plaza presentando juego al público, aduciendo que ese era el sitio ideal.
En 1966, llegó a la presidencia del Concejo Municipal el señor José Herrera Salas, uno de los más fervientes defensores de la creación del parque. El vicepresidente de entonces fue el señor Marco Aurelio Villalobos. Allí fue la gran oportunidad que aprovechó el señor Herrera Salas, para discutir con el señor Villalobos el asunto de la creación del parque, pero este último dijo: aún no es el tiempo. Pepe Herrera, habló con el entonces Obispo de Tilarán, Mons. Román Arrieta Villalobos, solicitándole enviarle carta a la Dirección General de Deportes, exponiendo el asunto. La carta la hizo y la envió Monseñor Arrieta con prontitud, pero ésta se traspapeló y tardó casi seis meses en ser contestada, concediendo lo solicitado siempre que hubiera un espacio con las condiciones necesarias para trasladar la plaza; y claro, estaba un buen terreno destinado a un estadio en donde se podía jugar. Así las cosas, el camino se había allanado.
El señor José Herrera Salas, le solicitó al regidor Ulfrán Vargas, que redactara la moción, pues éste como escritor, tenía una fina pluma. Así se hizo y en enero de 1966, se empezó la obra de la construcción del parque. Dirigió los trabajos el señor Eduardo “Balo” Barrientos Herrera. Y toda la instalación eléctrica estuvo a cargo del técnico eléctrico José Herrera Salas. En ese entonces Tilarán tuvo filarmonía propia, auspiciada por la Municipalidad y los domingos hubo magnífica retreta para complacencia de los tilaranenses.
Hoy en día, el parque lleva el nombre de Domíngo Flaqué Montull, por el gran aporte que éste magnífico español dio al pueblo de Tilarán, impulsando su desarrollo con gran entrega .